Roberto Montenegro

(Guadalajara, Jalisco 1885 – Pátzcuaro, 1968)

Sin título (Ciencia y Tecnología)

s.f.

óleo sobre madera

300 x 300 cm

Nº inv. CAB093

Colección BBVA México



Todo parece indicar que esta pintura, que forma parte de un tríptico y es tratada con el énfasis propio del mural, data de la década de los cincuenta. En Ciencia y tecnología Montenegro aborda un campo temático inexplorado hasta entonces. Atrás han quedado el trauma de la Segunda Guerra Mundial y el simbolismo de acentos orientalistas. Permanecen, empero, el anhelo decorativo, que refrendará en la obra de caballete, así como las referencias laicas y algunos motivos del pasado prehispánico (por ejemplo, el tepetlacalli o caja de piedra que guardaba instrumentos de culto de la cultura mexica dedicada a Quetzalcoatl relacionados con los sacrificios).

En los murales tempranos, Montenegro recurría a arquetipos indígenas propios de la vida rural. Ahora elimina a los campesinos para dar cabida a personajes urbanitas de rasgos indígenas, mestizos o blancos: en una suerte de sincretismo cívico, hace cohabitar al obrero siderúrgico, la madre de familia proletaria y el científico de laboratorio. El enfoque es alegórico, el dibujo guarda precisión academicista, los personajes que presiden la composición, en el centro de los lienzos, muestran una fisonomía idealizada, mezcla de indígenas, dioses del Olimpo y modelos de revistas de fisioculturismo.

La factura de este panel resulta característica del Montenegro maduro. La composición es vertical, sigue el ritmo ascendente de la estela prehispánica (obsesión de Montenegro a partir del medio siglo) y se explaya, en las formas abocetadas del fondo, en conatos de estructuración geométrica y efectos de volumetría. La alegoría exalta las virtudes del progreso. Va más allá del nacionalismo de la posrevolución, que tenía por misión persuadir a un público masivo de la necesidad de “forjar patria”, y asume una función didáctica, transmitiendo una lección edificante sobre la modernidad.