Miquel Villà i Bassols

(Barcelona, 1901 − El Masnou, 1988)

Horta, la Pobla de Segur

s.f.

óleo sobre lienzo

60 x 73 cm

Nº inv. CX00516

Colección BBVA España


Lo primero que llama la atención de este cuadro es indiscutiblemente su expresivo empleo del color, y evidencia la inclinación del artista hacia el movimiento del
.
La temática propia de la pintura tradicional fue tratada por Villà con un vigor, una vitalidad y una convicción poco corrientes en la pintura catalana del momento. Su manera de concebir la naturaleza, realista y apasionada, dota a su creación de una nueva poética.
El paisaje fue uno de los géneros más recurrentes en la obra del artista. Huerta, Puebla de Segur está resuelto con una pincelada concentrada y muy detallada, con un exceso de materia, más bien espesa, que va dando lugar a las casas del horizonte y a los árboles que aparecen inmediatamente a continuación. Resultado de todo ello es la propiedad casi táctil de la naturaleza que llena el lienzo. A pesar de la ausencia de cualquier figura humana, el conjunto emana una luminosa viveza.
La pintura de Villà es pasional y rotunda. Recuerda a Maurice de Vlaminck (1876-1958) en el uso bravío del color, pero también la tenacidad compositiva de Paul Cézanne (1839-1906). No obstante, y  a pesar de las similitudes, es un artista con un estilo peculiar, alejado de cualquier ismo; una pintura que, a pesar de su espontaneidad, está cargada de lirismo y elegancia.