Carlos Cruz-Diez

(Caracas, 1923 - París, 2019)

Physichromie n.º 1022

1975

aluminio, acero y acrílico

100,7 x 201,2 cm

Nº inv. P00203

Colección BBVA España



Además de ser uno de los máximos representantes del
venezolano, Carlos Cruz-Diez es un teórico de la cromática. En su obra Reflexiones sobre el color analiza la naturaleza inestable del color.

El color y el movimiento son la base sobre las que se construye la obra de este inusual maestro. El acercamiento a su obra siempre se convierte en una experiencia única que cada espectador vive y asimila de manera diferente. Su obra no es intimista, ni puede considerarse sistemática ni automática, aunque en algunas ocasiones se le haya aplicado este calificativo. Su arte es experimental, busca interactuar con el espectador, que debe vivir y compartir una experiencia en la que se convierte también en actor y parte de la obra.

En su arte color y movimiento se funden en una misma acción. A través de la serialidad cromática el artista pretende una estabilidad y permanencia del color. El desplazamiento, tanto de la luz —en constante transformación a lo largo del día— como del espectador frente a esas tiras metálicas pintadas, que Cruz-Diez denomina “módulos de conocimiento cromático”, es el que permite apreciar la gama infinita de colores que percibe el espectador.

Su obra está fuertemente vinculada a la arquitectura y al urbanismo, por lo que muchas de sus obras forman parte del paisaje urbano.

La propuesta artística de Cruz-Diez se fundamenta en ocho investigaciones que ponen de manifiesto los diferentes comportamientos del color: Couleur Additive, Physichromie, Induction Chromatique, Chromointerférence Transchromie, Chromosaturation, Chromoscope yCouleur dans l’espace.

Los colores que se perciben son resultado de ese proceso de experimentación que se inicia con su serie Physichromie, que el artista viene desarrollando desde 1959, y a la que pertenecen las dos obras de la Colección BBVA. Los listones verticales de aluminio, pintados con tintas acrílicas de
, se ven separados, fragmentados, por esas láminas de acero inoxidable que actúan como moduladores de la luz y la visión del color, de tal modo que los colores aparecen y desaparecen a la vista del espectador en función de su movimiento.