Joaquín Sorolla y Bastida

(Valencia, 1863 – Cercedilla, Madrid, 1923)

Mesalina en brazos del gladiador

1886

óleo sobre lienzo

53,5 x 80,5 cm

Nº inv. P00889

Colección BBVA España



Sorolla realiza esta obra durante su estancia como pensionado en Roma, donde se integra de inmediato en el entorno artístico de la ciudad. Allí se encontraba una buena parte de los pintores españoles más destacados del momento, con quienes entabla una relación muy estrecha, poniéndose al día de las preocupaciones plásticas y asimilando, con un lenguaje propio, las tendencias predominantes.

El lienzo mues­­tra el gusto del artista en esta época por el desnudo femenino y revela las influencias de Mariano Fortuny (1838-1874) e Ignacio Pinazo (1849-1916), que Sorolla interpreta de manera personal y con una destreza que denota su maestría técnica. Al mismo tiempo participa de la estética modernista finisecular, muy presente en esta etapa del pintor, que se aprecia en el sentido decorativo que impregna la pieza.

La escena, ambientada en la épo­­­­ca del emperador romano Claudio (10 a.C.-54 d.C.), representa a su esposa Mesalina en actitud de bacante junto a un gladiador victorioso. El suceso se desarrolla posiblemente en el Circo Máximo −el estadio más antiguo de Roma−, ya que al fondo, a través del vano abierto enmarcado por la basa de una columna toscana, aparece el Aventino.

Cabe destacar el análisis compositivo del conjunto, con un interesante estudio de la perspectiva a través de una disposición en diagonal que le otorga dinamismo. El centro lo ocupa Mesalina, que, semidesnuda y recostada sobre una alfombra muy similar a las de otras pinturas de este periodo, ofrece una guirnalda al gladiador; este lleva una corona de laurel en la cabeza, clara alusión a una reciente victoria. Sobresale la oposición entre la tonalidad de la piel de ambos personajes, así como el contraste cromático de las telas y las flores de alrededor, todo ello ejecutado con gran soltura y destreza técnica para establecer puntos de luz que intensifican la profundidad.

Es importante señalar cómo Sorolla se sirve de un contexto mitológico para crear una de las obras con mayor carga erótica de su producción, utilizando como pretexto una temática clásica aceptada por la Academia. La asociación entre la belleza y sensualidad de Mesalina, ejemplo de mujer licenciosa, y la fuerza del gladiador le proporciona un recurso de acusado interés naturalista, al tiempo que le permite introducir la ambientación romana que se esperaba de un pensionado en Italia.