Reconocido como uno de los últimos representantes del surrealismo, Matta centra su formación en el campo de la arquitectura, pero destaca igualmente como escultor y muralista, además de poeta. Al acabar sus estudios comienza a viajar por Europa, donde establece contacto con grandes artistas del momento como Henry Moore (1898-1986), Marcel Duchamp (1887-1968) y, sobre todo, Salvador Dalí (1904-1989), cuyas enseñanzas surrealistas serían decisivas en la configuración de su trayectoria artística.

Este lienzo, relacionado con La imposible posibilidad −perteneciente también a la Colección BBVA− es un ejemplo perfecto del estilo de sus obras de los años setenta, momento en el que realiza una pintura muy personal. Alejado de las tendencias del momento, desarrolla un lenguaje propio de gran intensidad poética, reforzada por la introducción de símbolos alusivos a la guerra y a la revolución, lo que además pone de manifiesto su conciencia política. En este tipo de composiciones Matta recurre al automatismo para enfatizar la idea de subconsciente, y comienza a introducir figuras biomórficas cargadas de contenido lúdico, una muestra de la vigencia del surrealismo en su producción de esta década.

Posiblemente esta obra se realizó en un lienzo sin bastidor, algo bastante habitual en el artista, que pintaba composiciones de gran tamaño para posteriormente dividirlas, montarlas y enmarcarlas individualmente, obteniendo diferentes piezas.