Aunque la obra tradicionalmente constaba en los inventarios con el título erróneo de El Codolar, una inscripción en el bastidor indica que se trata de una de las playas próximas a Bagur, posiblemente la de Aiguablava, cuya forma se asemeja.
El artista trabajó en los alrededores de Bagur en 1917. En este periodo cultivó los temas de pequeñas calas, primero en Mallorca y luego en la Costa Brava, asumiendo con frecuencia puntos de vista de arriba abajo, que dejan el horizonte muy alto o, como ocurre en esta obra, fuera de la composición. Aunque ya había utilizado estos encuadres anteriormente, fue en esta época cuando los empleó de manera más acusada.
En esta composición destacan el dinamismo de la disposición radial de las barcas varadas en la arena, la intensidad y saturación del color, el acusado empaste y la fuerza expresiva de la pincelada. La fusión del mar, la arena y las rocas pone de manifiesto la importancia que tenía para Gimeno el plasmar la naturaleza agreste del lugar, patente en las distintas vistas de calas que realizó en ese periodo.
La pintura entró en la Sala Parés de Barcelona en noviembre de 1974, según consta en etiqueta al dorso.