María Luisa Rojo

(Madrid, 1960)

NYC

1986

óleo sobre lienzo

132,7 x 136,7 cm

Nº inv. P01182

Colección BBVA España


Nos encontramos ante una pieza de la primera época de la artista. Su estancia en Nueva York, -ciudad en la que, entre 1985 y 1987, amplía sus estudios de pintura y grabado gracias a una beca March- fue fundamental enla búsqueda de su lenguaje pictórico, en el que influyen artistas como Barnett Newman (1905-1970) y Mark Rothko (1903-1970). En esta primera etapa va encontrando un lenguaje y una manera de hacer propios, que se plasman en una obra de fuerte contenido emocional, pleno de evocaciones y sensualidad.

Maria Luisa Rojo se encuentra siempre en el límite entre la abstracción y la figuración, yesta obra es buena prueba de ello. Podríamos aventurar que hay en ella una alusión al paisaje, pero sería sólo una conjetura. Lo que sí podemos afirmar es que para la artista es muy importante la expresión de una sensación y una vivencia: “Parto del entorno, de algo que me inquieta y no sé bien por qué; pero algo se encuentra en la naturaleza y me conmueve; y eso me lleva a otro plano. Del destello, a la búsqueda y, de ahí, al encuentro”. Un encuentro que en esta obra se produce con la propia pintura y con su quehacer, resultado de una pulsión interior y del disfrute de la técnica.

Posteriormente sus obras se poblarán de referencias arquitectónicas muy sutiles, trabajando en grandes planos, no por ello exentos de textura y potencia, como sucede en la otra obra de la Colección BBVA, Gizeh I.