Anselmo Guinea y Ugalde

(Bilbao, 1855 – Bilbao, 1906)

Regreso de la fiesta

1885

óleo sobre lienzo

104,5 x 192,3 cm

Nº inv. P01429

Colección BBVA España



Anselmo Guinea es considerado uno de los artistas más destacados de la pintura finisecular vasca. Con su espíritu inquieto, absorbió multitud de lenguajes y transitó caminos estéticos diferentes, siempre incorporando las novedades plásticas emergentes, para configurar un estilo muy personal, caracterizado por una gran precisión dibujística, una cuidada ejecución y un dominio absoluto del color.

Como muchos de los pintores españoles pensionados en Roma a lo largo de las décadas de 1870 y 1880, Guinea trasladó a sus obras la atracción que ejercían sobre él la campiña romana y los tipos populares italianos, con su atavío colorista y pintoresco, introduciendo también, como vemos en este lienzo, elementos anecdóticos, que dotan a las composiciones de una mayor expresividad.

Realizado seguramente a finales del verano de 1885, durante su segunda estancia en Italia, es un claro ejemplo de las representaciones costumbristas italianas que tanta fama le proporcionaron. El tema ya lo había desarrollado en una pieza algo anterior, Il ritorno della Madonna, así como en óleos y acuarelas elaborados en 1885; en ellos aparecen figuras femeninas aisladas en el paisaje campestre romano, que le servirán como modelo para sus creaciones grupales.

Cabe señalar la ambición compositiva que refleja el conjunto, con un interesante estudio de la perspectiva, sirviéndose de una línea diagonal central para estructurar la escena. Protagoniza el episodio un grupo de campesinos sorprendido por un aguacero, una anécdota habitual en la época, que ofrece al artista un pretexto para plasmar las diferentes actitudes y reacciones de los personajes, logrando imprimir dinamismo al lienzo. A su vez, se evidencia un minucioso análisis cromático: junto a tonos bastante apagados y contenidos, con predominio de marrones, verdes, azules y grises, la presencia de toques más cálidos aporta contraste y proporciona puntos de luz y profundidad a la obra.

Es probable que Regreso de la fiesta fuera concebido como regalo de bodas de Guinea y su mujer, Valentina Zuazaga, para su amigo Antonio Plasencia y su segunda esposa, Dolores Garamendi; esto hace suponer que el cuadro viajó desde Roma a Bilbao a finales de 1885, cuando tuvo lugar el enlace.