Ramiro Tapia

(Santander, 1931)

El árbol de Babel

1977

Serie Arquitecturas imposibles

óleo sobre lienzo

180 x 180 cm

Nº inv. P01540

Colección BBVA España


Ramiro Tapia idea en esta obra una arquitectura con clara inspiración en las torres y zigurats de civilizaciones antiguas desaparecidas, que invade este árbol de Babel plagado de frutos. Ya el título de la obra revela su vinculación con el relato bíblico sobre la ciudad de Babel, marcada por la confusión en castigo a su soberbia.

Las dos obras presentes en la Colección BBVA pertenecen a la serie Arquitecturas imposibles. Hasta mediados de los ochenta, Tapia desarrolla esta temática, plasmando en sus piezas ciudades inventadas, edificios utópicos, inverosímiles e ilusorios. En esta etapa da cuenta de sus estudios de arquitectura –que abandonará por la pintura, que le proporcionaba mayor libertad creativa−. El arte se convierte así en un modo de evasión de la realidad y de sus límites físicos, en un medio que le permite idear arquitecturas imposibles y, en definitiva, edificar la ciudad soñada.

La obra de Ramiro Tapia está plagada de símbolos y metáforas, de jeroglíficos que configuran su lenguaje personal y dejan entrever sus conocimientos de teología, de iconografía medieval, de civilizaciones antiguas, de astrología, etc. A estas referencias se une la influencia de la obra de pintores como Paul Klee (1879-1940), determinante en sus inicios, o los flamencos El Bosco (h. 1450-1516) y Brueghel el Viejo (h. 1525-1569). Asimismo, fueron fundamentales para él las ilustraciones de narraciones fantásticas de Arthur Rackham (1867-1939), Gustave Doré (1832-1883) y Aubrey Beardsley (1872-1898).

Como podemos observar en este óleo, Tapia desarrolla un estilo de gran detallismo, de formas contorneadas y colores sólidos, con predominio de rojos y azules. Manteniendo una estricta simetría, mediante volúmenes rotundos y geométricos elabora estas insólitas composiciones fantásticas en las que se funden arquitectura y vegetación.

A mediados de la década de los ochenta, contemplando la situación mundial, el artista sufrirá una crisis personal, que dará paso a una nueva etapa; a partir de ahora, destruirá estas ciudades utópicas construidas como único medio para la redención y la renovación.