Domingo Martínez

(Sevilla, 1688 – 1749)

El nacimiento de Elías

h. 1740

óleo sobre lienzo

168,1 x 219,5 cm

Nº inv. P01832

Colección BBVA España


La correcta identificación del tema, de rara iconografía, y de su autor se debe a Enrique Valdivieso, que sitúa la fecha de realización de la obra en torno a 1740, habida cuenta de la similitud de las facciones de la madre de Elías con la Inmaculada de Lesmes, firmada en 1733. La madurez y soltura de la composición le hacen pensar que se ejecutó tras la estancia de la Corte de Felipe V en la capital hispalense (1729-1733), momento en el que el artista estuvo en contacto con la pintura francesa.

La escena representa el nacimiento de Elías, narrado por san Epifanio en su libro La vida de los profetas. Varios varones vestidos con hábito blanco (como apunta Enrique Valdivieso, debe de tratarse de los eremitas del futuro Carmelo, por la vinculación existente entre la orden y el profeta) saluda a un niño semidesnudo, sentado en el regazo de su madre, y le ofrecen como presente lenguas de fuego. Uno de ellos sujeta en su mano izquierda una copa de la que brotan llamas y en su mano derecha una cuchara incendiada con la que intenta dar de comer al niño. También surgen llamas de la correa que ciñe la cintura del niño, cuyos extremos sujetan dos ángeles. A los pies de la madre, representada como Virgen, un haz de maderos en combustión. Este protagonismo del fuego es un anticipo del momento culminante de la vida de Elías, cuando fue transportado al cielo en un carro de fuego.

En un segundo término, su padre, Sobach, dormido en un sillón, recibe en sus sueños a través de un rayo celestial la revelación del significado de lo que está ocurriendo. La iconografía procede de uno de los cuarenta grabados de Abraham van Diepenbeek (1599-1675) incluidos en el libro Speculum carmelitanum, escrito por el padre Daniel de la Virgen María y editado en Amberes en 1680, que describe la vida de Elías. Uno de los grabados lleva al pie una inscripción latina que aclara el contenido de la escena: “Saludan a Elías al nacer unos varones llevando un hábito blanco como la nieve y lo alimentan con fuego de los pechos de su madre y hasta le sirven llamas de fuego en lugar de alimento según es revelado por los sueños de su padre Sobach. S. Epifanio, libro de la vida de los profetas”.

El tema de la pintura, tan vinculado a la orden carmelita, hace pensar que pudo tratarse de un encargo para alguno de los conventos de la orden en Sevilla o Andalucía, habida cuenta de la filiación del artista seleccionado.