Referentes femeninos en la Colección BBVA: Menchu Gal


Menchu Gal (Irún, 1919-San Sebastián, 2008) es una de las pocas creadoras de la historia de España que obtienen en vida el merecido reconocimiento. En 1959 se convierte en la primera mujer en recibir la Primera Medalla del Concurso Nacional de Pintura y son innumerables las muestras individuales y colectivas en las que participa durante su dilatada carrera. Su vasta producción puede dividirse en retratos (eminentemente femeninos), bodegones y paisajes, siendo este último el género en el que brilla especialmente. En la Colección BBVA no podía faltar esta pintora vasca, representada con dos magníficas vistas, una de costa, la otra de interior, realizadas en los años setenta. 

Tiene la fortuna de nacer en el seno de una familia acomodada y culta, que le ofrece una educación artística desde temprana edad −viaja a París siendo aún una adolescente− y le permite formarse en el ambiente progresista del Madrid de los años treinta. Con la Guerra Civil, la situación de su familia cambia radicalmente: su padre fallece y tienen que exiliarse, estableciéndose en Tardets (Francia). Desde entonces las pinturas de Menchu se convierten en la principal fuente de ingresos familiar.

Fueron bastantes las mujeres que durante el primer franquismo se dedicaron al arte −una actividad dentro de las consideradas adecuadas para el género femenino−, pero pocas las que lograron destacar en el panorama cultural del momento. Ya en una de sus primeras exposiciones individuales, la celebrada en la Sala Libros de Zaragoza en 1943, se tiene constancia de la venta de todos los cuadros exhibidos.

A pesar de las dificultades con las que se encontró a su vuelta a Madrid −la pintora lo recalcará más adelante al hablar de esta época−, se desenvuelve con soltura en un contexto eminentemente masculino y en una sociedad que no aceptaba que una mujer priorizara su carrera profesional y permaneciera soltera y sin hijos. Gal mantendrá un estrecho vínculo con la
y con la
, con cuyos miembros compartirá motivos pictóricos y la inquietud por una renovación artística, para la que, careciendo de referentes más próximos debido al aislamiento de España, buscará inspiración en los movimientos de vanguardia europeos (muchos de estos artistas habían viajado a París a principios de siglo). Durante los años cincuenta y sesenta su actividad expositiva es ingente; destaca su selección para importantes certámenes, como la I Bienal Hispanoamericana de Arte en 1951, las bienales de Venecia de 1950 y de 1956 (ya había participado anteriormente en 1940) o las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes.

Menchu Gal - Puerto de San Sebastián - h.1970
h.1970